23 de septiembre de 2014

¿Alguien me echa una mano?

"El café"
Una de las formas de nombrar a ese momento que se sitúa desde que terminas de comer y recoger lo que has ensuciado, hasta que te pones a hacer algo nuevamente.
Ya te comas un helado, u odies el café, ese pequeño momento de "el café", es para sentarse y relajarse.
Es en ese breve momento pueden pasar cosas como:
-Que justo al sentarte llamen a la puerta.
-Que te relajes más de la cuenta y a las 7 de la tarde digas algo como: "¡Mira que hora es ya! Bueno, ya mañana lo hago."
- Que tu madre diga: "Es la primera vez que me siento en todo el día."

Pero él ha optado a quitarse las zapatillas, desabrocharse el pantalón y encender la televisión un rato.
Al encenderla, se topa con esa maravilla que es que, cada cinco segundo de serie, película, novela. . . introduzca 30 fascinantes, increíbles e incluso emotivos minutos de publicidad. (Se agacha y recoge la ironía del suelo)
Pero era su "momento del café" y el mando estaba a tres pasos, por lo que dejó la cadena que estaba y pedía que los anuncios no se alargaran demasiado.
Pero lo raro no era la combinación de anuncios de coches seguido de uno de cuidar el planeta y usar bicicleta, lo que más llamó su atención era el "como" intentaban los anuncios llamar la atención de la gente. . .
Mostraban a una chica que es "fea" y como se transforma en "guapa" para el baile de fin de curso. Normal, ¿no? Cualquier chica quiere ir bien en ese día. Pero la idea supermaravillosa que tuvo esa gente no fue otra que ponerle gafas a la chica y hacerle una coleta. Era como cuando Superman se ponía las gafas, o las gafas tienen poderes, o quien ve a esa persona es gilipollas.
Cuando el baile de los adolescente se iba fundiendo a negro, apareció otro en el que una mujer intentaba aparcar el coche en una plaza, visiblemente enorme, y no puede. Aparece un hombre con un coche nuevo y aparca a la primera. El eslogan dice: "Ellos si saben". 
-"Independientemente de si es aparcar o elegir coches, aquí el que no sabe es el señor publicista." Piensa, pero bueno, el anuncio ha acabado y espera no verlo más.
Los siguientes anuncios fueron como: . . .
*"¡Solo los hombres de verdad aman el fútbol!"
*"NECESITAS TENER LO NUEVO DE (introducir cualquier marca)"
* Niños puestos en ridículo para dar lugar a que el padre diga algo ingenioso.

Y así un período de tiempo que, aunque sea 1 minuto, se hace eterno.

Otra de las cosas que salió era una tarifa de una compañía de teléfonos. Ofrecían descuentos, productos, promociones. . .Todo normal, hasta que salió una chica y empezó a besarse con el chico que decía las tarifas.
- "¿En serio? ¿Es necesario? Es un maldito anuncio de móviles. Me recuerda a aquel en el que vendían quitagrasas y si no llega a cortarse la escena, vemos al chico empotrándola contra el lavavajillas."
Es algo que no entendía. Al igual que tampoco entendía que mujeres aceptarán salir casi sin ropa para una simple promoción de un bolso o unos zapatos.

Lo que siguió a este dilema interno que tuvo, fueron 3 o 4 anuncios de relojes, teléfonos móviles, televisores. . . que parecían ser lo de siempre con una pequeña modificación. Pero en el anuncio decían algo como: "No te quedes anticuado. . ." a lo que él completaba el anuncio con "¡Cómprate esta mierda!"
Se le estaban quitando las ganas de seguir esperando a que volviera la programación.
Lo siguiente que salió fue una chica en una playa, en la que aparece un chico, casi desnudo, con músculos que la mayoría no sabemos ni que tenemos, y empiezan a revolcarse por la arena. Y solo para decir que la colonia que anunciaban era azul como el mar. . . Que eso era otra, siempre que sale alguna persona, son siempre gente super musculada, excepto cuando es de algún tipo de producto de dieta. En ese caso utilizan a algún hombre gordo al que le hacen poner cara de pena mirando sus pantalones para decirle que "lo normal" es coger es un pantalón  que mide lo mismo que su muñeca.
-"¿Qué pasa? ¿No puede una persona rellena anunciar ropa o algún tipo de complemento sin tener que ser tallas grandes o la imagen de "el antes" ?¿No pueden acaso los gordos usar colonia?
Ahora recuerdo porque dejé de ver la televisión. En este rato que has tardado en leer esto, han salido solo diez de los tópicos que salen en los anuncios de la televisión. Me faltan dedos para seguir contándolos todos. . . ."


31 de mayo de 2014

Soy raro

Muchas veces me han dicho que soy raro.
Que digo muchas cosas que no se entienden, que hablo de forma incomprensible muchas veces, que hago cosas que no son normales. . .
Tantas son las cosas que he oído ya, que pocas pueden asustarme a día de hoy.
Pero. . . es que muchas veces me planteo el concepto "normal".
Muchos son los que se ríen cuando les digo que me gusta leer cómics. Muchas veces me han mirado mal por decir que me gustan las películas de superhéroes. Me han llamado de muuuchas maneras por decir que no me gusta el fútbol.
Y es que soy así realmente. Me gusta leer libros, me gusta que llueva, sigo jugando con muñecos a mi edad, hago dibujos cuando tengo un papel y un lápiz a mano, veo dibujos animados en la televisión, no me gusta el fútbol ni lo entiendo. . .
Tantas cosas son las que hago que el resto de la gente no las ve "normales". . .
Pero quizás sea un problema mío.
Quizás no vea yo "normal" que la gente se encierre en una nave con la música tan fuerte que uno no oye ni sus pensamientos, para mover su cuerpo como un despertador con parkinson, mientras suena una música que parece escrita por una gato con dolores mientras rasca un plato con un cuchillo.
Quizás no vea yo "normal" que todo el mundo siga la moda de un corte de pelo que hace que todos sean fotocopias entre sí.
Quizás no vea yo "normal" que la gente se junte para ver en una pantalla a gente corriendo tras una pelota, mientras dan gritos, golpes y fingen que se aman entre todos cuando su equipo va ganando.
Quizás no vea yo "normal" tantas cosas que otros hacen porque el resto la hace o por que la sociedad ha hecho que estas se vean "normales"
Estoy seguro que ante mucha gente seguiré siendo yo el raro por decir, hacer o no hacer determinadas cosas.
Pero, son solo puntos de vista. . .




"Lo que intentaba era arriesgado. Mi miedo era inevitable, pero incluso ahora, 
tantas décadas después, sigo recordando la gloria."                              [Capitán América, "Capitán América. El elegido"]

15 de mayo de 2014

Le faltaba.

Creía que lo tenía todo.
Era un chico guapo, con dinero. Vivía en una gran casa y con una bella mujer.
Se consideraba afortunado.
Pero, siempre pensó que había algo que nunca había tenido.
Desde pequeño, sus padres le habían conseguido todo aquello que él pidió. Era hijo único y sus padres no querían que a él le faltase de nada.
Pero, aun así, había algo que sus padres nunca le podían haber dado. . . Un hermano.
Aún teniéndolo todo, no tenía nada.
No sabía que era hacer lo imposible por que alguien no llorara tras una caída o un golpe.
Correr en busca de mamá para intentar explicar como se había roto algo antes de que le dijeran la verdad.
Nunca supo que era estar largas horas por la noche hablando bajito para que no les oyeran y tapando carcajadas con la almohada.
Pelearse por tener algo hasta que llegaba papá y se lo quitaba a los dos.
Nunca había visto como alguien más pequeño que él, observaba lo que hacía y luego intentaba imitarlo.
Le hubiese gustado tener alguien con quien hablar de gustos musicales, darle consejos, salir con él a la calle.
Alguien a quien ayudar en caso de que lo necesitara.
No había experimentado la sensación de solucionar insultos y amenazas con solo un beso.
No tenía a quien extrañar en cuando sus caminos se distanciaban, ni abrazar tras un tiempo alejados. . .
Lo tenía todo, y en verdad no tenía nada.

5 de mayo de 2014

El otro tío

Es una persona normal. Tranquila. Con su punto de locura, pero alguien entrañable al fin y al cabo.
Con todo el mundo se llevaba bien y nunca tenía problemas con nadie.
Pero, como siempre, estaba esa persona que no dejaba que él fuese feliz.
Esa persona que siempre que tienes un buen momento, hace lo imposible para que se le torcieran los planes.
 El otro tío conseguía siempre que él se enojara. Que dijera las peores palabras a personas que no lo merecían. Cuando el otro tío estaba cerca, él se peleaba con su familia, su pareja, sus amigos. . .
Nadie era capaz de reconocerle cuando el otro tío estaba cerca.
No era capaz de controlar sus impulsos cuando el otro tío lo acechaba.
Siempre fue una persona pacífica, pero no recordaba las veces que golpeó algo, lo rompió o tiró cuando el otro tío andaba cerca.
Su mirada cambiaba, su cuerpo experimentaba una extraña sensación y se llenaba de ira y agresividad cuando el otro tío le rondaba.
Cuando el otro tío desaparecía, el volvía a ser esa persona que todo el mundo quería y respetaba. Alguien amable y cariñoso. Como siempre fue y a la gente le gustaba que fuera.
Pero, era algo que nunca pudo controlar. Y lamentablemente, siempre iba a seguir ocurriéndole.
Estaba dentro de él. . .
Él era el otro tío.


1 de abril de 2014

Y no volvió

Era su primer día. Su primera vez. Estaba decidido.
Nunca antes había tenido el valor de hacerlo.
La gente hablaba de que tal se sentía alguien cuando lo hacía.
Que te pasaba por la cabeza al terminar y que sentimiento evocaba alguien al recordar aquella vez que se quedó a medias.
Pero estaba cansado de que fuese la gente la que intercediese en su opinión.
Estaba decidido a hacerlo. No solo probar, sino a llegar hasta el final.
No le importaba el sitio ni la postura. Solo quería elegir bien para recordar aquella primera vez para siempre.
Para esa primera vez no quería ser muy exigente, pero tampoco iba a conformarse con cualquier cosa. . .
Y llegó ese día. Él estaba allí, en la cama, nervioso. . .
Al principio solamente se ceñía a mirarle por encima, hasta que tuvo el valor de contemplar lo que encerraba en su interior. . .
Se atrevió a quitar la tapa despacito con dos dedos y aquel puñado de letras en un primer momento le quitó la gana de seguir, pero. . . ¡no! ¡Debía hacerlo!
Comenzó a leer las primeras líneas sin mucha decisión. Continuó con todas aquellas letras que al principio no dejaban de decir tonterías y cosas sin sentido.
Pero. . . un momento.
¿Qué clase de lugar era ese que las palabras describían?
¿Quién era esa chica que el libro presentaba con gran detalle?
¿Por qué ese hombre del que se hablaba sentía cosas que él también sintió alguna vez y nunca supo explicar?
Y lo más importante. . . ¿Por qué no podía dejar de leer?
Llevaba horas delante de ese libro y aún tenía ganas de más. ¿Cómo podía ser eso?
Él siempre se cansó tarde o temprano de todo lo que había empezado a hacer, pero esta vez era diferente.
Había descubierto un mundo nuevo. Nuevas gentes, nuevas experiencias. . . Una nueva vida.
Cuando quiso darse cuenta era tarde. Ya estaba inmerso en ese mundo que su mente le había hecho crear.
Miraba a su alrededor y nada podía compararse a ese momento en que sentía el libro entre sus manos y su imaginación recibía el permiso de volar sin límites.
No, no quería abandonar nunca ese nuevo mundo que había descubierto.
Se volvió adicto a conocer historias nuevas, nuevos mundos. . .
Se adentró en el mundo de la lectura y jamás volvió a salir.





                                                               

                                                                            Dedicado a Mari López para darle fuerza en esta nueva etapa que acaba de comenzar.

11 de febrero de 2014

Una de superhéroes

Se levanta cada mañana al igual que todas, dispuesto a luchar.
Se lava la cara y se pone la ropa que le caracteriza. Su camisa de cuadros y su gorra.
Tiene el poder de ser sigiloso y andar por casa muy temprano y conseguir que nadie advierta su presencia.
Cierra la puerta y sale de casa antes de que nadie note que había estado.
Tiene un vehículo que le distingue. No será el más potente, pero es el que utilizaba siempre para conseguir su misión.
Recorre cada día la distancia que sea necesaria y nunca exclama una queja.
Siempre que se acerca, va entonando su melodía.
Puede que no sea el primero al que la gente acudiría, pero siempre cumple con aquellos que cuentan con él.
Es capaz de utilizar trucos y artimañas que mucha gente no conoce.
Soporta el dolor físico a un extremo que otra persona no sería capaz.
Su vista se adapta a la falta y al exceso de luz. Nunca mira atrás ni aparta la vista.
No le importa lo que le pueda pasar, lo único que le importa es que cuando llegue fin de mes, a su familia no le falte algo que llevarse a la boca.
Se quedaba trabajando cuando la gente se iba, para poder darles a sus hijos un detalle por su cumpleaños.
Le faltaban poderes, pero seguía siendo un superheroe.

1 de enero de 2014

Y fue así

Estaba sentada en su silla de siempre, en el lado de la mesa que siempre ocupaba.
Los sonidos de los tenedores y los cuchillos contra los platos llenaba la sala y el televisor llevaba horas irradiando música de todo tipo a un alto volumen.
Los niños corrían de un lado para otro y la gente hablaba.
Todo parecía normal.
Pero en uno de esos momentos de la noche, miró hacia el sitio vacío que había en la esquina.
En ese momento, la felicidad se le cayó por los suelos y notó como, desde los pies hasta el centro del pecho, una presión le iba subiendo que no le dejó respirar.
A la mente le vino su imagen sentado allí pidiendo que le pasaran el plato o haciendo bromas a los pequeños. Pero ya no estaba.
Nunca volvería a ser igual. Era duro, pero debía asumir que esa silla no volvería a ser ocupada por quien la puso ahí.
Comprendió, que sin él, las fiestas no tenían sentido y nada podría salir bien.
Y fue así como empezó a desear que nunca más fuese navidad. . .