30 de agosto de 2013

Estuve allí

Esa tarde había sido calurosa, pero con la caída del sol, empezó a correr una brisa agradable.
Con las previsiones que había para esa semana, me fui a dar un paseo y disfrutar de la temperatura.
Mientras estaba en la calle, se veía a la gente que salía a pasear o a sentarse en alguna terraza de bar. Ellos también pensarían en aprovechar esa noche tan agradable. 
Claro queda, que no me faltó por cruzarme el típico "Lumbrera" que, cuando nota que no hace tanto calor, se enfunda su sudadera y sale a la calle comiéndose el mundo en plan videoclip de "Stayin' alive".
Yo, simplemente me dediqué a andar sin pensar en nada.
No quería pasar por donde estuviera muy transitado, y me metí por un par de callejones, calles escondidas y hasta creo que encontré las bolas de dragón. Estuve en calles que siquiera sabía de su existencia.
Volvía ya a casa cuando lo vi. . .
Estaba en el sitio de siempre. Su rostro estaba un poco desmejorado, pero sabía perfectamente que era él.
Me había acompañado en muchas ocasiones. Compartimos risas, buenos momentos, ratos aburridos...
Pero siempre estuvo ahí. Nunca nos abandonó. 
Adoraba ese banco. En él, había conocido y mantenido conversaciones con amigos durante horas, las cuales nos hicieron crear entre nosotros vínculos bastante férreos. Tan duros como los nudos que formaban la estructura de su espalda. Gracias a ese banco, tendría anécdotas en un futuro que me harían recordar gente y momentos. Y yo estaba allí. No daba crédito (hablando de bancos...). Ya apenas se veía a gente sentada en esos bancos que quisieran hablar o simplemente compartir un instante. 
Me senté un minuto y pasé mi mano por su asiento y noté algo. Intenté ver que ponía, pero estaba tan deteriorado que apenas era legible. Finalmente, y tras hacer que me aumentaran las dioctrías de tanto fijarme, conseguir leer una inscripción. La misma que hace años, entre amigos, grabamos con una llave en acto de rebeldía inocente mientras nos reíamos al unisono. 
"Somos pocos. Nadie nos ve. No somos nada para el mundo, ¡pero aquí estamos!"
Era lo que años atrás escribimos en ese banco. Yo, vigilando que nadie me viera, saqué una de mis llaves que no eran de la misma casa de cuando escribimos eso, e inscribí debajo de aquella frase:
" Y siempre estuvimos juntos".
Limpié con cuidado las raspaduras, y mirando aquel banco como si fuera la última vez, me fui.
¿Quién sabe? Puede que la próxima vez que lo vea, me encuentre con otras respuestas debajo.
Fueron buenas noches. . .


25 de agosto de 2013

Un amor de película

¡Buenos días Princesa!
Esa era la forma con la que él le saludaba cada vez que le hablaba.
Ya fuera en persona, por chat o por carta, él siempre se dirigía a ella así.
En ellos solo había una relación de amistad, pero él sentía por ella lo que nadie imaginaba.
Hacía lo imposible de creer por intentar sorprenderla. Antiguamente lo llamarían magia y ahora quizás ciencia, pero en su mundo las dos cosas son lo mismo. Ella simplemente le consideraba uno más y no le dio importancia.
Él, dentro, sentía que no podía estar vivo. No sin ella.
La conocía poco...poco.Pero la amaba tanto...tanto...
En su mente, siempre recordaba una frase: "Nada acaba hasta que tu sientes que acaba". Por eso cada vez que intentaba acercarse a ella y no lo conseguía, no desistía y continuaba con su deseo. El deseo de que ella fuera suya y ambos felices unidos.
Puede que él no fuera muy listo, pero sí sabía lo que es el amor.
Un amigo le intentaba quitar la idea de conseguirla de la cabeza. Le decía que había en el mundo 300 mil mujeres, pero él siempre decía "Me conformaría solo con una"
Un día la vio sentada en un banco sola y encontró ahí la idea perfecta de acercarse a ella.
Cuando estaba frente a ella le dijo:
-"Tú crees que no somos iguales, pero te equivocas."
Ella no podía creerlo.
¿A qué venían esas palabras? ¿Por qué decía que eran iguales?
Ante el silencio de la chica, él volvió a decir:
-"Solo somos dos personas que buscan afecto de alguien que no les corresponde. Todos los hombres mueren, pero no todos los hombres han vivido realmente. No quiero permitirme ser de los que no viven. Siempre imagine mi vida a tu lado, y es por eso por lo que me levanto cada mañana. Quizás...no. ¡Seguro!, tu amor haría que tuviera el poder que necesito en mi vida. Un hombre fuerte que ha tenido ese poder toda su vida, puede perder el respeto a esa fuerza. Pero un hombre débil, aprecia el valor de la fortaleza y conoce la compasión. Tu corazón es libre, ten el valor de hacerle caso."

Ella no podía dar crédito de lo que acababa de oír, y una lágrima bordeó su sonrisa...

-"¿Por qué nunca me lo habías dicho? ¿Por qué nunca me has dicho que me querías?"

-" Todo el mundo dice <Te quiero> y ya no significa nada."

-Pero alguna vez necesitas que te lo digan. Yo lo necesito..."

-"Yo lo haré cada día. Al despertarme y ver tu cara a pocos centímetros de la mía, lo diré.
Lo diré ante la gente... ¡Ante el mundo!
Inventaré mil maneras de que lo sepas. Lo probaré de un millón de razones. Lo mostraré a cada hora, cada minuto...¡Cada segundo!
Daría todo lo que tengo por poder estar a tu lado el resto de mi vida. No me importa como fuera esta. Si es contigo, lo demás no me importa. Me iré y si cambias de opinión, volveré a por ti."

-"No se que decir."

-"Me olvidaba decirte que..."

-"¡Dilo!"

-"Que tengo unas ganas de hacerte el amor que no te puedes imaginar."

Mientras decía esto retrocedía hasta que marcharse completamente. Ella aun no podía creer todas aquellas cosas que acababa de escuchar. ¿Era posible?
Ese dispositivo al que llaman corazón, no hacía más que acelerar su ritmo. Aun estaba asimilando que alguien pudiera sentir por ella semejante locura.
Por desgracia, el mismo dispositivo que le mantenía con vida, le estaba matando.

Al día siguiente, sentía que tras un ayer caminando solo, ahora ella caminaba junto a él.
Ella en cambio, sentía que él le había salvado,en todos los sentidos en los que se puede salvar a una persona.
No podían permitirse el lujo de perder la noción del tiempo.

Todo era perfecto. Parecía que nada ni nadie podía interponerse entre ellos.
Al menos eso parecía...

Un buen, o mal día, ella desapareció de repente. Él no sabía nada de ella ni a quien preguntarle.
Aunque preocupado, sabía que esperaría. Que sería fiel.

Pasaron los meses, y no quedaban lágrimas dentro de él para expresarse.
Un ex novio de ella fue a visitarlo y tras horas intentando hacerle hablar sin resultado le dijo:

-" Tú no la merecías. Una pena, casi consigo hacerla perfecta."

Él levanto la mirada clavándola en sus ojos y le dijo:

-"Tienes razón, no la merecía. ¡Pero te equivocas!... Ya era perfecta.






                                                                                                                                           Microcuento dedicado al cine.

16 de agosto de 2013

Ayer la ví

Fue tan rápido que apenas me dio tiempo de verla.
Me hizo recordar todos aquellos momentos en los que hablamos y parecía que nada podía hacer que eso terminara.
En tan solo un segundo, me vinieron a la memoria momentos, palabras, conversaciones, y todas esas cosas que habían surgido entre nosotros.
Parecía tan contenta... Quizás había alguien nuevo en su vida. O tal vez se desprendió de algo que estorbaba en su camino.
Su sonrisa siempre había sido algo que llamaba mi atención. Junto con su mirada, formaba una zona llena de magia y misterio.
Fue un momento especial. Disfruté tanto de verla que quise volver a retomar la relación. Pero no, no me atrevía a hablarle por miedo a entorpecer esa felicidad que le embargaba.
La perdí de vista mientras me inundaban los recuerdos. Ojalá nunca olvide que durante esos días me hacía feliz.
Ayer iba tan guapa...