11 de febrero de 2014

Una de superhéroes

Se levanta cada mañana al igual que todas, dispuesto a luchar.
Se lava la cara y se pone la ropa que le caracteriza. Su camisa de cuadros y su gorra.
Tiene el poder de ser sigiloso y andar por casa muy temprano y conseguir que nadie advierta su presencia.
Cierra la puerta y sale de casa antes de que nadie note que había estado.
Tiene un vehículo que le distingue. No será el más potente, pero es el que utilizaba siempre para conseguir su misión.
Recorre cada día la distancia que sea necesaria y nunca exclama una queja.
Siempre que se acerca, va entonando su melodía.
Puede que no sea el primero al que la gente acudiría, pero siempre cumple con aquellos que cuentan con él.
Es capaz de utilizar trucos y artimañas que mucha gente no conoce.
Soporta el dolor físico a un extremo que otra persona no sería capaz.
Su vista se adapta a la falta y al exceso de luz. Nunca mira atrás ni aparta la vista.
No le importa lo que le pueda pasar, lo único que le importa es que cuando llegue fin de mes, a su familia no le falte algo que llevarse a la boca.
Se quedaba trabajando cuando la gente se iba, para poder darles a sus hijos un detalle por su cumpleaños.
Le faltaban poderes, pero seguía siendo un superheroe.